17 de febrero de 2016

Medios, política y un caballo desbocado

Previo a la llegada del Papa Francisco a México, un suceso convulsionó al sistema político mexicano. Un motín en el penal de Topo Chico, en Nuevo León, dejó un saldo de 49 presos fallecidos, 12 heridos y un Gobernador muy golpeado.

Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco

Pero no es cualquier Gobernador, es el primero con la etiqueta de independiente, que llega sin partido a una gubernatura, y precisamente en uno de los estados más importantes del país, al menos en el aspecto económico industria: Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco.

Sin minimizar el evento, que es terrible, destacable el hecho de que la clase política tradicional mexicana y los medios de comunicación se cobraron en un solo día todas las afrentas que el mandatario ha hecho desde hace cuando menos un año al sistema partidista y mediático del país.

El discurso del Bronco ha sido, desde su etapa como “sonante”, como candidato y ya como mandatario, prácticamente el mismo. Ha marcado su diferencia con los políticos tradicionales, con un tono más informal (con malas palabras, incluso) y repitiendo hasta el cansancio que las prácticas que los gobernantes anteriores realizaban sistemáticamente en Nuevo León están fuera del quehacer diario del Gobierno estatal. Sus dichos, aderezados con una atractiva crítica a los partidos políticos.

Mención aparte merecen los reiterados señalamientos que hace a los medios de comunicación en tono jocoso e irónico, en el sentido de que su Gobierno no destinará ningún presupuesto a la radio, la televisión, periódicos y demás medios, como hacen los políticos tradicionales. Legitima su postura con el argumento de que su antecesor, el priista Rodrigo Medina, gastó fortísimas cantidades de dinero público en su imagen. Obviamente, los ciudadanos inconformes con el statu quo en México han celebrado sus posturas, que llegan a miles y miles de muros y timelines, convirtiéndolo en una celebridad del internet.

Por ello, el jueves  11 de febrero, el día de los hechos, los partidos políticos y medios de comunicación vieron la oportunidad perfecta para su vendetta. Las críticas a Rodríguez Calderón fueron casi coordinadas.

Legisladores y líderes políticos reclamaron la desinformación que provocó su ausencia. Pero fueron más allá. Criticaron al primer Gobernador sin partido de estar ausente de su estado, de estar más enfocado en las elecciones venideras en otros estados en que existe un candidato independiente, a quienes ha acompañado y apoyado públicamente, típica práctica de antaño, pero en los partidos que hoy critica.

Si algo debemos reconocer al mandatario nuevoleonés, es la capacidad de unir a PRI, PAN y PRD… en su contra.

Por su parte, los medios recriminaron la inacción del Bronco ante el problema, pues señalaron que no fue sino hasta nueve horas después que se brindó información oficial sobre el suceso. E incluso en la rueda de prensa que encabezó pasado todo ese tiempo, el Gobernador neoleonés aprovechó para pegarle una raspadita a los medios, al pedirles a los reporteros presentes que dieran información precisa, lo que en su idea representaba –supongo- informar solo sobre el motín, el saldo fatal (52, inicialmente) el total de heridos y que ya se trabajaba en el control del penal.  

No fue así. Por fuera de la cárcel, los familiares de los reos se agolpaban para intentar saber si su pariente encarcelado era o no de los que habían perdido la vida, pues no fue hasta sino muchas horas después cuando empezaron a surgir los nombres de los fallecidos, pero en bloques. La gente protestando fuera de la penitenciaría, los conatos de trifulca con la policía, los llantos desesperados de la madre de un recluso, los gritos desde fuera para esperar la respuesta del hijo preso, los lamentos y la indignación, fueron material idóneo para los reporteros, quienes capturaron la escena y la llevaron hasta sus salas de edición.  

Familiares de los presos en el penal de Topo Chico, buscando entrar al reclusorio


La muestra más clara fue la cobertura que el periodista regiomontano Gregorio”Goyo” Martínez dio al suceso, en el noticiero nacional de Televisa la misma noche del jueves 11. Entre el catálogo de conceptos externados por el conductor estuvieron “impericia”, “desorden”, “reacción tardía y errática”. La voz fuerte, la mirada fija. Como si lo gozara.

Goyo Martínez, quien regularmente conduce las noticias en Televisa Monterrey, suplía esa noche a Joaquín López Dóriga en la titularidad del noticiero nocturno, el más importante de México. Televisa ha sido uno de los blancos del Bronco, por lo que se entiende el mensaje.



El independiente no soportó las críticas y esa misma noche publicó un video en Facebook, su medio preferido, para defenderse del periodista, con los mismos elementos de siempre: “este reportero ha vivido del erario público”, “este Gobierno no les va a pagar un solo peso”, “nunca lo escuché hablar así en el anterior Gobierno”, con el agregado de que le dijo amargado y aseguró que Televisa quiere desestabilizar a su administración.



Por su parte, Martínez le respondió en OTRO video, en el que desmiente sus dichos y lo acusa de desatender la crisis de Topo Chico, el estado en general y hasta lo tacha de chavista.



En resumidas cuentas, durante un día y medio, el Bronco se convirtió en el punching bag favorito, quien además de lo duro, también sufrió lo tupido de los ataques. Para su suerte, y como era de esperarse, la visita del Papa Francisco atrajo prácticamente toda la atención mediática.

Pero hoy, el Papa ya no está, ya levantó el polvo que tenía que levantar. Y la tormenta neoleonesa vuelve mañana, con ánimos recargados. 

No hay comentarios: