9 de noviembre de 2016

Reflexiones y anhelos ante el triunfo de Donald Trump

Contra todo pronóstico, Donald Trump ganó la elección presidencial de Estados Unidos. Desde anoche y por los próximos meses, vamos a ver opiniones, predicciones, burlas, temores y demás, todas muy válidas. Aquí expongo las mías. 



  • La campaña ya pasó. No creo que el discurso del Trump del último año y medio vaya a ser el mismo del Trump Presidente. Ni sus acciones. Simplemente porque es inviable, incorrecto para un líder mundial. Para un candidato, esa plataforma es la mar de atractiva –y eficiente- . Pero esa etapa ya concluyó. De hecho, sus palabras tras ser declarado ganador fueron de conciliación. Sanar heridas (de la campaña), hacer alianzas con los países.


  • Los expertos nos quedaron a deber muchísimo. Estados Unidos es potencia en think-tanks y analistas políticos. Los medios masivos de ese país son considerados los más profesionales y poderosos. Todos se equivocaron, y grueso.

  • Creo que es tiempo de reconsiderar las encuestas, tanto las previas como las de salida, como forma de medición de las preferencias. En este caso, quedó demostrado que no reflejan el sentir verdadero de la población. Igual con los multicitados casos del Brexit y el referéndum del Acuerdo de la Paz con las FARC en Colombia.


  • A reserva de ver los resultados, creo es terrible la decisión de los votantes en los tres casos mencionados en el punto anterior. No alcanzo a comprender por qué la gente no ve lo perjudicial que - a la distancia desde la que me encuentro- son los enunciados que apoyaron.

    Ojalá que esta tendencia, equivocada desde mi punto de vista, no se convierta en la constante en los países que en los próximos años someterán      al juicio del pueblo decisiones de trascendencia mayor.


  • Trump fue, durante los últimos meses, la persona más odiada del planeta. Miles de reportajes, notas, acusaciones, revelaciones, memes, tuitazos, facebookazos no sirvieron para maldita sea la cosa. Eso nos deja de enseñanza: elije tu target, no lo sueltes, háblales como quieren que les hablen, que lo demás no te importe y listo.


  • Hace unos meses bromeé con lo interesantemente errática que sería la relación entre el Congreso norteamericano y el –entonces- posible Presidente Trump, basado en sus deplorables comentarios contra algunas minorías y propuestas fuera de proporción. Hoy, con el empresario neoyorkino siendo virtualmente el Presidente número 45, la relación entre ambos poderes será una realidad.

    Sin embargo, y tomando en cuenta el primer punto aquí enlistado, no creo que vaya a ser tan errática. Además, a pesar del repudio al que Donald se hizo acreedor de parte de destacados Republicanos, hoy con el nuevo escenario puede convertirse en un verdadero líder del partido del elefante.


  • La agenda de los políticos no es la misma de la gente. Hillary Clinton basó su campaña en unidad entre todos los grupos poblacionales, sin dejar ni uno por fuera. No alcanzo a comprender si ese enfoque se debió a lo políticamente correcto que es o solo a diferenciarse de Trump.

    Esa agenda progresista (alianza entre países, tolerancia, apoyo de refugiados/migrantes, matrimonios igualitarios, aborto, drogas) se ha instalado en muchos de los actores políticos, pues se cree que es lo que la mayoría de la población considera como prioritario. Hoy, y con tres ejemplos (Brexit, Acuerdo de Paz, Trump), vemos que no es así.


  • Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional de Morena y apuntadísimo precandidato presidencial por ese partido, salió la noche del mismo día de las elecciones a dar un mensaje, vía redes sociales, llamando a no temer ante el triunfo de Trump.  Aún y que invocó a principios formales de la independencia de los países, se erigió (sin decirlo) como el protector de los mexicanos aquí y en Estados Unidos. “Ante cualquier circunstancia, vamos a estar unidos. Llamo a todos los mexicanos a la serenidad, tenemos que salir adelante, no va a haber problemas mayores, se los aseguro”. ¿Y saben quién también se erigió como defensor de su pueblo, ante las amenazas externas? Donald J. Trump.


Hoy más que nunca, apreciaré sus opiniones, pues este tema -además de rico- incide directamente sobre México y el mundo.


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